Parte I: El fútbol llega a España
Introducción.
Tal vez la Segunda División se haya convertido en una liga de románticos. Puede que sea el campeonato que más pasión e incertidumbre suscite en el fútbol español, con permiso de la Primera División. Es como si se hubieran reunido los aficionados de aquellos equipos que vivieron su propia época dorada y que están peleando por volver a vivir "aquellos maravillosos años".
La categoría de plata del fútbol español es una especie de purgatorio para muchos equipos, una competición a medio camino entre el cielo y el infierno. Sirva de botón de muestra un ejemplo: el Real Zaragoza, lleva 12 años sin poder lograr el ascenso a primera división, y por momentos, sigue sin mostrar un rumbo deportivo claro.
El sueño de José María Acha Larrea.
Corría el año 1926 cuando en España se vivía un momento complicado, de inestabilidad política, económica y social. Bajo el reinado de Alfonso XIII y la dictadura de Miguel Primo de Rivera, un joven vizcaíno tenía una pasión: el fútbol. Y también tenía un sueño...
En ese año, Acha ocupaba el puesto de vicepresidente del Arenas Club de Getxo, su club de origen. Más tarde fue nombrado presidente de la Federación Vizcaína de Fútbol. El sueño de José María Acha Larrea era la creación de una liga nacional de fútbol. Acha era un amante del fútbol inglés. Su sueño era revolucionar el fútbol español mediante el modelo británico de la época, lla cuna del fútbol. Su modelo futbolístico fue innovador y muchos países lo tomaron como referencia.
José María Acha se inspiró en el modelo inglés. El año 1928 marcaría un antes y un después en España con la llegada de la primera edición del campeonato nacional de liga. Fue un proceso largo. Decidir qué equipos tenían que formar parte de la Primera y Segunda División no era una elección fácil.
Sin embargo, Acha propuso que los equipos que debían participar en la Primera División de la historia fueran equipos que hubieran ganado la Copa del Rey. Entre ellos, estaba el Arenas de Getxo, por lo que no se sabe si esta propuesta la planteó el propio José María Acha para beneficiar a su club o fue una sugerencia para reconocer el mérito de estos equipos por haber ganado el trofeo más importante, hasta ese momento, del fútbol español. Lo que sí está claro es que la idea fue aprobada. De esa forma, nueve clubes (Real Madrid, el Barcelona, el Athletic Club de Bilbao, el Real Unión Club, el Real Sociedad, el Arenas Club de Getxo, el Atlético de Madrid, el Real Club Deportivo Espanyol y el CE Europa) fueron convocados para inaugurar la primera liga de la historia.
Solo había un problema, faltaba un equipo para llegar a la cifra de 10. Para encontrar ese club se organizó un torneo, siendo el Real Racing Club el único de los 10 participantes en la primera edición que se ganó en el campo el derecho a competir en la máxima categoría, ya que era la entidad que no contaba con un trofeo importante a nivel nacional. Pero, la llegada de la Primera División trajo a su vez la creación de la Segunda División. Inspirándose en el modelo inglés, esta categoría sería una oportunidad de ascenso para muchos clubes. Gracias a ese torneo, todos los equipos que cayeron eliminados y no lograron su billete a la élite, fueron los encargados de inaugurar la primera edición de la Segunda División.
Así pues, en la temporada 1928/1929 nacieron la Primera y Segunda División. En la máxima categoría solo descendía el último clasificado en el caso de no vencer al campeón de la categoría de plata. Por ello, muchos eran los aspirantes en LaLiga Hypermotion que querían conocer el éxito de la Primera División, pero solo uno, o incluso, ninguno de ellos era capaz de lograrlo.
Sin saberlo, José María Acha Larrea no solo había cumplido su sueño, sino que había despertado sueños ocultos entre los españoles. Poco queda de esa primera edición de Segunda División a lo que se conoce en la actualidad, pero este joven vizcaíno se encargó de plantar la semilla de un árbol, que 97 años después sigue creciendo.
La diferencia entre los minimalistas y los maximalistas.
Raúl Gómez Samperio, historiador: "La Liga española nace como una necesidad ante la demanda del profesionalismo".
El sueño de José María Acha parecía ambicioso en una época, principios del siglo XX, y en un país, España, en el que el fútbol se estaba asentando todavía como deporte profesional. Pero, los problemas no tardaron en llegar antes y durante la llegada del profesionalismo. Durante la década de los años 20, los clubes se enfrentaron a un nuevo paradigma: pagar a sus jugadores. Ante la escasez de recursos y la necesidad de querer mantener a los futbolistas en las plantillas, la única vía que se manejaba era jugar más partidos, ya que los incentivos económicos de los clubes llegaban mediante las taquillas.
Ante la falta de un campeonato nacional de liga, los campeonatos regionales y las pequeñas ligas locales tenían un gran peso. Ganar estos torneos suponía una oportunidad para levantar el título más importante en esos tiempos: la Copa del Rey. Como si se tratase de tirar una moneda al aire y esperar que saliera la cara. Sirva, por ejemplo, la liga norte, la cual estaba formada por cinco equipos, cada club disputaba un total de ocho encuentros y solo el campeón lograba confirmar su participación en la Copa del Rey. Si el primer clasificado era el Athletic Club de Bilbao, el resto de los equipos participantes veían la necesidad de organizar partidos amistosos para conseguir ganancias económicas, al no poder competir en la Copa del Rey.
Nadie quería estar en la primera edición de la Segunda División, pero sí todos buscaban jugar en Primera División. La lucha de intereses de los clubes provocó que surgieran dos grupos. En primer lugar, se encontraban los minimalistas, quienes eran los clubes que habían logrado levantar, en al menos una ocasión, la Copa del Rey. Este grupo incluía al FC Barcelona, Real Madrid, Athletic Club de Bilbao, Real Sociedad, Arenas de Getxo y Real Unión de Irún. Y, por otra parte, se encontraban los maximalistas, liderados por el Racing de Santander.
Los minimalistas defendían que los ganadores de la Copa del Rey eran los únicos equipos que debían inaugurar la Primera División. Mientras tanto, los maximalistas abogaban por formar una liga que incluyera 15 o 20 equipos. Ante tal desacuerdo de opiniones, se decidió crear dos campeonatos de liga paralelos en la temporada 1927/28. Pero, según Raúl Gómez Samperio, historiador cántabro, ambas competiciones resultaron ser un fracaso al no obtener beneficios deportivos y económicos y no se llegaron a finalizar.
Este fiasco obligó a los clubes a llegar a un entendimiento. La necesidad de las entidades era máxima, por lo que se acabó llegando un acuerdo final para inaugurar la liga de fútbol profesional en la temporada 1928/29. Después de tantas negociaciones, se tomó la decisión de que los campeones de la Copa del Rey (los minimalistas), tres equipos que habían llegado a ser finalistas del torneo (Europa, Espanyol y Atlético de Madrid) quedaran confirmados para disputar el título de Primera División. Solo había un problema más: Eran nueve equipos, por lo que eran impares y debían buscar un décimo club. Esa última plaza se iba a decidir en una fase de clasificación en la que ganó el Racing de Santander.
Con la confirmación de los fundadores de la Primera División, 20 clubes se proclamaron fundadores de la primera edición de la Segunda División. El Grupo A estaba formado por Sevilla, Iberia, Deportivo Alavés, Sporting de Gijón, Valencia, Betis, Oviedo, Celta, Deportivo de La Coruña y el Racing de Madrid. Y el Grupo B estaba compuesto por Cultural Leonesa, Murcia, Castellón, Gimnástica de Torrelavega, Zaragoza, Valladolid, Osasuna, Tolosa, Barakaldo y Cartagena. Pero, a pesar de arrancar con este formato, la categoría de plata del fútbol español ha estado sometida con el paso de las décadas a múltiples cambios en el tipo de competición o en el número de participantes.
La gestión de los clubes.
Héctor Antonio Ruiz, narrador LaLiga Hypermotion: "Hacer una buena gestión de tus recursos te va a permitir crecer. Hacer una mala gestión de tus recursos lo que va a hacer es que tengas menos margen de maniobra, menos límite salarial y menos opciones de poder comprar activos y que tu patrimonio crezca"
La historia de la Segunda División refleja cómo esta competición ha sido un hervidero de aspirantes al ascenso, pero también una lucha contra la bancarrota de los clubes. Durante las últimas décadas, la categoría de plata del fútbol español ha experimentado una profunda transformación. Estas modificaciones han permitido a los clubes dejar en el pasado el tiempo de las gestiones precarias, las deudas astronómicas y la desaparición de entidades deportivas, tal y como apunta Héctor Antonio Ruiz. Es cierto que LaLiga es muy exigente en el sentido económico, pero ha conseguido unas bases fundamentales para que los clubes tengan una mayor estabilidad y visibilidad cada temporada.
En décadas anteriores, era muy frecuente encontrar en la categoría equipos con grandes deudas. En algunos casos, las cantidades eran preocupantes, pero quedaban tapados gracias a los ascensos a Primera División, tal y como informa Javier Lainez, periodista de Radio Marca Zaragoza. Aun así, existían casos de clubes que decidían tirar la casa por la ventana con tal de subir aunque acabaran terminando la temporada sin haber cumplido los objetivos marcados. Algunos presupuestos, como castillos de naipes provocaron que muchos clubes sufrieran las consecuencias de los excesos, o en algunos casos, como en el del Real Zaragoza, que esos excesos les condenaran a una pena de más de 10 años en la Segunda División.
En la actualidad, todo es distinto. Llega el mes de julio y los clubes ya tienen una estimación de los recursos económicos con los que van a contar para la siguiente temporada. Estos límites los marca LaLiga, provocando de esa manera múltiples efectos positivos. En primer lugar, las entidades han reducido sus opciones de endeudarse al haber saneado sus cuentas. De esta manera, los dirigentes de los equipos han comenzado a priorizar la solvencia sobre el gasto desmedido y descontrolado, según apunta Isaac Fouto. En segundo lugar, las estructuras se han profesionalizado debido a una necesidad de cumplir con las normativas y complejas que impone LaLiga. Esta medida ha generado una mayor optimización de los recursos gracias a la contratación de gestores especializados en áreas como finanzas o marketing. De esta manera, el área deportiva queda en otro lado dirigida por sus respectivos profesionales.
Por otra parte, las canteras se han forjado según los ajustadísimos presupuestos que manejan los clubes para los mercados de verano. Por ello, cada vez es más frecuente que estos equipos busquen nuevos talentos en sus secciones inferiores. Estas políticas de cantera no siempre salen bien, pero en los casos más optimistas, ese canterano puede acabar siendo un pilar fundamental en la plantilla del primer equipo, o la entidad se puede beneficiar económicamente mediante futuros traspasos. Un ejemplo muy conocido es el del FC Barcelona. El club catalán, ante la falta de recursos económicos, ha tenido que dar oportunidades a jugadores de la cantera, como es el caso de Lamine Yamal, Gavi o Fermín López. La apuesta no fue mala, ya que los tres futbolistas son importantes tanto en su equipo como en la Selección Española. Las medidas impuestas por LaLiga han repercutido positivamente en la transparencia de la categoría, siendo más atractiva para inversores con proyectos sólidos. Sirva, por ejemplo, el proyecto "LaLiga Impulso" (CVC), destinado a mejorar las infraestructuras y digitalización de los equipos del fútbol profesional.
Y, por último, tal y como afirma Isaac Fouto, LaLiga ha permitido a los clubes contar con una estabilidad deportiva. Contar con una mejor salud financiera permite a los clubes poder gestionar las diferentes situaciones que puede tener una temporada, según informa Héctor Antonio Ruiz. Por otra parte, las entidades pueden tener una mejor planificación y evitar la descapitalización de plantillas por urgencias económicas cada temporada.
Tener una buena gestión de tus recursos no siempre es sinónimo de cumplir con los objetivos de la temporada. Un ejemplo claro, tal y como apunta Leticia Gómez, periodista en el Diario Vasco Eibar, es la SD Eibar, que ha sabido gestionar su capital económico, pero no ha podido lograr el ascenso a Primera División. A pesar de no haber alcanzado esas metas, lo cierto es que el equipo vasco se encuentra asentado en la categoría de plata sin estar endeudado y sabiendo cuánto dinero se puede gastar sin correr riesgos.
La llegada de los derechos audiovisuales.
Isaac Fouto, periodista de la Cadena Cope: "Lo que se ha conseguido con los derechos audiovisuales es premiar mucho a los equipos a nivel deportivo".
En décadas anteriores, sobrevivir en la Segunda División era todo un reto deportivo y económico para los equipos más modestos, según informa Pedro Nieto, comentarista de LaLiga Hypermotion. Los ingresos se limitaban, en el mayor de los casos, a las taquillas y a los patrocinios locales. La visibilidad que recibían los clubes se centraba en un ámbito local o regional. Sirva, por ejemplo, la SD Huesca, que era conocida en Aragón, pero desconocida por la mayor parte de los aficionados al fútbol en España.
La llegada de la comercialización centralizada de los derechos audiovisuales a España supuso un antes y un después. Esta revolución ha supuesto una redefinición de la visibilidad de estos clubes y ha potenciado el nivel deportivo y social de la categoría de plata. El responsable de este acontecimiento, que se remonta al año 2015, es el· "Real Decreto-ley 5/2015, de 30 de abril, de medidas urgentes en relación con la comercialización de los derechos de explotación de contenidos audiovisuales de las competiciones de fútbol profesional".
Esta normativa estableció la venta conjunta de los derechos de retransmisión en el fútbol español. Es cierto que los focos apuntan más a la Primera División, dadas las cifras astronómicas que maneja, pero no ha sido un impedimento para que tenga un gran impacto en Segunda División.
El mayor beneficio que ha generado la llegada de los derechos audiovisuales se ha traducido en un incremento exponencial de los ingresos de los clubes, tal y como explica Isaac Fouto. Ese flujo constante de dinero ha hecho posible que muchos clubes hayan podido saldar sus deudas, tal y como señala Isaac Fouto, y estabilizar sus cuentas anuales. Además, ha creado una oportunidad de profesionalizar tanto la liga como las entidades deportivas dada a la necesidad, pero también, esta inyección de dinero ha servido para mejorar las infraestructuras deportivas, con la reforma y la creación de ciudades deportivas o estadios. Por ejemplo, en décadas pasadas las vallas led de publicidad no eran nada comunes en la Segunda División. Sin embargo, en la actualidad, la gran mayoría de los equipos cuentan con este elemento en sus estadios, lo que favorece la visión de los espectadores y el aumento de patrocinadores.
Los derechos televisivos han permitido atraer a jugadores y técnicos. Es cierto que para un jugador es más atractivo jugar en Primera División. Eso no ha cambiado y no cambiará por las grandes diferencias que separan una y otra competiciones. Sin embargo, la Segunda División es ahora más atractiva para los profesionales del fútbol. Lo que antes se consideraba como un premio menor, ahora se ve como una oportunidad para demostrar sus cualidades. Y, por último, los clubes han visto cómo su visibilidad a nivel nacional ha aumentado de forma considerable. Hace 20 años, lo más común era ver tan solo un partido de la categoría en plata en el Canal + cada domingo al mediodía. Desde hace varias temporadas, los partidos son de pago, pero los aficionados pueden ver todos los partidos del curso. Los clubes han sabido aprovechar esta oportunidad, y, gracias a una buena toma de decisiones, han logrado captar la atención de nuevos patrocinios a nivel nacional, pero sin dejar de lado a las marcas regionales o locales.
El límite salarial y el control de la LFP.
El límite salarial y el control financiero por parte de LaLiga han sido otra de las grandes decisiones, con el fin de que los clubes no gasten más dinero del que tienen a la hora de confeccionar sus plantillas. Este mecanismo es pionero en el fútbol europeo y su finalidad es garantizar la sostenibilidad económica de los equipos, fomentar la competencia leal y evitar situaciones de endeudamiento descontroladas.
El mecanismo referente en Europa recibe el nombre de límite salarial de una forma informal. El nombre original es Límite de Coste de Plantilla Deportiva (LCPD). Su finalidad es marcar la cantidad máxima que se puede gastar un club en su plantilla deportiva a lo largo de toda la temporada. Hay personas que consideran que este método económico solo incluye el salario de los jugadores y el cuerpo técnico. Sin embargo, incluye más aspectos: Salarios fijos y variables de futbolistas y cuerpo técnico, las amortizaciones de los fichajes, las primas colectivas, los costes de la cantera, las comisiones de los agentes y la seguridad social de los empleados del club.
El LCPD se basa en una estimación que hace LaLiga a todos los clubes en el mes de julio, de forma individual y privada. El organismo del fútbol profesional establece las cantidades basándose en la diferencia que hay entre los ingresos presupuestados por el club y sus gastos no deportivos estructurales, incluyendo el servicio de la deuda previsto.
Por su parte, el control financiero de LaLiga es un sistema integral que tiene la labor de supervisar de forma continua las finanzas de los clubes a lo largo de la temporada, validando los presupuestos mediante un análisis de la documentación presentada al organismo. Además, la LFP (Liga de Fútbol Profesional) exige la presentación de información financiera de una forma detallada e incluye una normativa muy estricta con una serie de reglas acerca de las inscripciones, traspasos y endeudamiento que los clubes deben cumplir, según apunta Isaac Fouto.
Gracias al límite salarial y el control financiero de LaLiga se ha conseguido que todos los clubes partan en igualdad de condiciones, tal y como señala Isaac Fouto. Bien cierto es que hay entidades que gozan de mayor capital económico, pero eso no le permite gastar más dinero del que tiene. Un claro ejemplo es el Real Murcia, quien en la temporada 2013/14, a pesar de haber acabado la temporada en puestos de fase de ascenso a Primera División, acabó descendiendo a Segunda División B a causa de impagos a sus trabajadores. Por ello, Javier Tebas, presidente de LaLiga, buscó desde el primer día un fútbol profesional más equilibrado, en donde el éxito deportivo no se base en un endeudamiento irresponsable, sino que el mérito sea en el terreno de juego.
El mercado de fichajes.
Los mercados veraniegos sirven para confeccionar la plantilla basándose en las salidas de sus jugadores y las necesidades que surgen en el curso pasado. Muchas veces, los mercados invernales representan la última oportunidad para que los técnicos y directores deportivos acierten con los fichajes de los nuevos futbolistas y cumplan con los objetivos marcados para la campaña.
Aun así, un mercado bueno no te garantiza una excelente temporada y viceversa. Un ejemplo claro es el CD Mirandés este verano, quien tuvo que suspender un partido de pretemporada ante la falta de jugadores. Muchos eran los que incluían al equipo jabato en sus quinielas del descenso, e incluso, algunos de ellos como colistas, tal y como apunta Ángel Garraza, periodista en el Correo de Miranda de Ebro. Sin embargo, el club burgalés está realizando su mejor temporada en el fútbol español y, además, está luchando de tú a tú con los equipos más grandes de la categoría para subir a Primera División. Por ello, la labor de una dirección deportiva es muy importante, además de saber dar con la tecla en el terreno de juego.
Con las regulaciones económicas de LaLiga, los mercados se han convertido en una partida de ajedrez. Los únicos equipos que no participan en este juego son el FC Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid. Sus presupuestos les permiten acudir al mercado internacional para reforzar sus plantillas y pelear por ser el mejor equipo del mundo. Sin embargo, el resto de los clubes tanto de Primera División como de Segunda División se ven en la situación de recurrir al mercado nacional, tal y como apunta Jaime Mateos, periodista en Radio Marca.
Los mercados de fichajes son la mejor demostración para reflejar la gran diferencia económica que hay entre las dos principales categorías del fútbol español. El interés en ambas divisiones es el mismo, el mercado de agentes libres, el cual está formado por jugadores que se encuentran sin equipo o que acaban contrato con un club, pero no van a renovar. Por poner un ejemplo, si el Sevilla FC y el Real Zaragoza tienen como objetivo al mismo futbolista, lo más normal es que el profesional se decante por el equipo de mayor categoría, ya que la oferta económica será mayor. Por ello, los meses tanto de verano como de invierno se convierten en una guerra constante por lograr fichajes al imponerse a varias entidades.
Por otro lado, también está el efecto dominó. El efecto dominó consiste en el fichaje de un jugador de Segunda División por parte de un club de Primera División. Sirva, por ejemplo, el fichaje de Peque al Sevilla FC. La temporada pasada, Peque era jugador del Racing en LaLiga Hypermotion. El futbolista vivió una temporada muy dulce al anotar 18 goles y ser el mejor jugador de la temporada en Santander. Sus actuaciones le valieron para que el equipo andaluz pusiera los ojos en él. El Sevilla pagó la cláusula de compra de Peque, una cantidad de 5 millones de euros. El equipo cántabro perdió a un jugador, pero gracias a ese dinero pudo adquirir en propiedad a dos jugadores importantes como Juan Carlos Arana y Andrés Martín, ambos jugadores estuvieron cedidos y el objetivo del club era mantenerlos, tal y como explica Óscar García Mayo.
En el caso del Racing de Santander, estas operaciones le han servido para formar un equipo para pelear por el ascenso a Primera División. Pero, la otra cara de la moneda es el Racing de Ferrol. El equipo ferrolano vendió a sus jugadores más importantes, Carlos Vicente e Iker Losada, al Deportivo Alavés y el Real Betis Balompié, respectivamente. Sin embargo, esa cantidad económica no ha sido bien invertida hasta tal punto de perder la categoría y decir adiós a la Segunda División al final de la campaña, según exclama Raúl Villares, periodista en Radio Galega.
El efecto dominó está muy presente de Primera División a Segunda División, pero también de la categoría de plata a la de bronce del fútbol español. Un ejemplo claro es el Racing de Santander, que se hizo con los servicios de Javi Castro, quien había descendido a Primera Federación el curso anterior con el Alcorcón. Por ello, no solo es muy importante acertar en los despachos, sino que también es fundamental dar con la tecla en el terreno de juego para no llegar con urgencias al mercado invernal.
La aparición de los fondos CVC.
2021 fue un año que marcó un antes y un después en el fútbol español. LaLiga y el fondo de inversión CVC Capital Partners llegaron a un acuerdo para crear "LaLiga Impulso". Este proyecto consiste en una inyección económica sin precedentes en el fútbol profesional con una destinación de 2.000 millones de euros a los clubes tanto de Primera como de Segunda División. El principal objetivo de esta idea es dar una mayor velocidad a los clubes para crecer y modernizarse.
Para los equipos de Segunda División, se ha convertido en una gran oportunidad. Si bien es cierto, los fondos CVC tienen un mayor impacto en los clubes más modestos de la categoría con respecto a las entidades más históricas, tal y como apunta Javier Lainez. Sirva, de ejemplo, que para el CD Eldense tiene una mayor importancia esta cantidad económica que el Real Zaragoza, ya que el capital económico, los recursos e infraestructuras son menores.
Hay aficionados que consideran que estas cantidades de dinero ayudan a los equipos a fichar nuevos jugadores, pero lo cierto, es que su influencia en el mercado de fichajes es mucho menor de lo que se cree. La regulación de LaLiga exige que el 70% de la cantidad esté destinada a la inversión de infraestructuras y activos estratégicos, así como la modernización de los estadios, las ciudades deportivas o la digitalización en las redes sociales. Con un 15% de los fondos CVC, los clubes pueden emplearlo para fortalecer sus plantillas, con el objetivo de inscribir jugadores, aunque cuenta con limitaciones para evitar el endeudamiento de los clubes. Y, por último, resta un 15% que tiene la finalidad de aliviar la carga financiera de los clubes, saneando las cuentas y permitiendo a las entidades tener una mayor estabilidad económica a largo plazo.
Estas cantidades de dinero no son algo que se dé a los clubes gratis. El acuerdo con CVC implica que las entidades deben ceder, durante 50 años, cerca del 8-9 % de los ingresos por derechos audiovisuales. Al comienzo de este proyecto, todos los equipos estaban de acuerdo con LaLiga, salvo el FC Barcelona, Real Madrid y Athletic Club de Bilbao, quienes creían que la idea nacía con la idea de incrementar las deudas de los clubes. Sin embargo, se ha visto cómo estos fondos han permitido, en especial, a los clubes de Segunda División dar un salto cualitativo en sus gestiones o infraestructuras, dejando atrás las operaciones con presupuestos muy limitados, según informa Isaac Fouto.
Por otra parte, los fondos CVC han conseguido reducir la gran brecha histórica que ha habido siempre entre las dos categorías principales del fútbol español, tal y como apunta Eduardo Cubiles, economista. Es cierto que esa diferencia nunca va a desaparecer, pero esta ayuda ha permitido a los clubes de LaLiga Hypermotion ser más competitivos hasta el punto de luchar por ascender a la élite. Echando un ojo a la cantera, cabe destacar que estas cantidades de dinero también ayudan a las entidades deportivas a atraer nuevos talentos a sus canteras y mantener a sus grandes estrellas hasta llegar al primer equipo, como es el caso del Villarreal CF, tal y como apunta Juanfran Roca, periodista en el Periódico Mediterráneo.
Y, por último, LaLiga ha dado la oportunidad de tener una sostenibilidad a largo plazo a los clubes de Segunda División, tal y como informa Isaac Fouto. Habiendo cambiado la gestión de los clubes a un modelo mejor, lo cierto es que acertar en el uso de los fondos CVC puede establecer unas bases en los clubes. Esto significa que los equipos han pasado de ser muy dependientes de los resultados deportivos en el corto plazo a convertirse en organizaciones más sólidas en el aspecto financiero.
Una liga de masas.
Pedro Nieto, comentarista LaLiga Hypermotion: "Los clubes han crecido en todos los aspectos, dentro del campo, fuera del campo, a nivel social, marketing, etc".
"La gente tiene muchas ganas de fútbol", cita Óscar García Mayo, periodista de la Cadena Ser y el Diario AS en Cantabria. La Segunda División ha cambiado en el aspecto deportivo y económico. Pero, para que esto haya ocurrido, ha tenido que existir una revolución en el ámbito social. Uno de los tópicos del fútbol es mencionar a las aficiones como el jugador número 12. Puede ser que los jugadores y los cuerpos técnicos pequen, en algunas ocasiones, de ser tan románticos como repetitivos. Pero, no es ninguna mentira.
Los clubes no son nadie sin su afición. Y los aficionados no son nadie sin sus colores. Se podría definir como una relación de necesidad mutua y equilibrada, en la que cada parte aporta un 50 %. En Primera División, lo más frecuente es ver los mejores estadios del país, con las últimas reformas y las gradas cubiertas de sus fieles seguidores. Tal y como apunta, Loren Castro, director de Radio Sporting, el aficionado lo perdona todo. Y, eso mismo también ha ocurrido en la Segunda División, aunque el camino ha sido más largo de recorrer.
Cogiendo los datos de asistencia total en Segunda División de la temporada 2014/15 y del pasado curso, hay una diferencia de casi un millón de espectadores. Aunque las cifras están expuestas en la gráfica, también refleja todos los cambios que ha tenido que hacer LaLiga para dar mayor visibilidad a la categoría de plata. En el mundo del marketing, la estrategia adoptada por Javier Tebas, presidente de LaLiga, ha sido contar con un producto, darle un mayor valor del que tenía hasta la fecha y darle un envoltorio más vistoso e interesante, según explica Pedro Nieto. Por resumirlo de forma breve, la Liga de Fútbol Profesional ha sabido vender muy bien el producto de LaLiga Hypermotion.
Incluso, el nombre de la competición es el correcto. El impacto social ha sido tan grande que en las redes sociales se conoce más a la categoría por "LaLiga de las Hypertensiones". Un juego de palabras que da un toque más humorístico a la competición, pero que también refleja lo que supone tener a un equipo en dicha división. Pero, lo cierto, es que hay varios motivos que explican el crecimiento social.
En primer lugar, la Segunda División es más seguida ahora que hace 10 años, ya que en la actualidad es muy fácil ver todos los partidos de cada jornada, pero hace una década tan solo se podía ver uno cada fin de semana, salvo que acudiesen a un campo de fútbol. Esto hace referencia al impacto de los derechos audiovisuales y las televisiones.
Hace una década, los estadios grandes estaban en Primera División. En la actualidad, LaLiga Hypermotion ha ido juntando los campos del Racing, Sporting de Gijón o Real Zaragoza para aumentar los datos de espectadores. Los estadios se están modernizando y, además, estos clubes cuentan con buenas aficiones y grandes infraestructuras. Y, por último, pero no menos importante, la gente ha sabido dar valor a acudir a los estadios tras la pandemia del Covid-19. De ahí viene que el aficionado tenga tantas ganas de fútbol, de que llegue el sábado o el domingo para juntarse con sus amigos, comer antes del encuentro, olvidar los problemas del día a día y de disfrutar de 90 minutos de fútbol, tal y como explica Héctor Antonio Ruiz.
Por otro lado, el crecimiento a nivel social ha sido tan alto en los últimos años que Panini, la marca referente de cromos ha logrado lanzar una colección sobre LaLiga Hypermotion. El hecho de tener un gran seguimiento, acompañado de equipos de la infancia de muchos niños y adultos, la gente enloqueció por comprar el álbum y los paquetes de cromos. Por poner un ejemplo, Santander se convirtió en un caos el primer día del lanzamiento con los quioscos agotando sus existencias tanto de sobres como de álbumes y, la locura era máxima por tener a los jugadores del Racing lo antes posible.
Una serie de buenas decisiones ha generado que en España se hable de la Segunda División, expresa Pedro Nieto. Es evidente que no llega al punto de la máxima categoría, pero el alcance social que ha construido en la última década ha permitido que haya aficionados que se planteen si ver un partido de Primera División o de la división de plata.
La experiencia de un árbitro.
Alfonso Pérez Burrull, ex árbitro de fútbol: "Es la categoría más bonita de arbitrar porque tienes mucha menos repercusión mediática. Es como más anónimo el arbitraje y cuando tú pitas en segunda siempre pitas con la aspiración de llegar a primera".
Alfonso Pérez Burrull es una de esas personas que conocen la Segunda División de primera mano. Comenzó a seguir la categoría en su etapa arbitral y, en la actualidad, alejado del silbato y de las tarjetas, se declara ser un aficionado más: "Yo la he seguido primero cuando me tocaba arbitrar, hace ya tiempo y luego la he seguido pues es con el Racing", confiesa.
Pérez Burrull considera que la Segunda División ha experimentado un cambio significativo en los últimos 10-15 años, alineándose con la evolución general del fútbol. Destaca dos aspectos clave: el incremento del nivel físico y, en consecuencia, una mayor igualdad. "Yo creo que, como el fútbol en general, ha cambiado mucho a nivel físico y sobre todo creo que ha cambiado, que se ha igualado mucho la competición", afirma. Dicha igualdad señala estar en la gran mayoría de los encuentros y se deciden por pequeños detalles, a pesar de que se ven las caras el segundo y el último clasificado.
Alfonso Pérez Burrull cuenta con una trayectoria envidiable, arbitrando durante muchas temporadas en Primera División e incluso en competiciones europeas. Sin embargo, su camino por los campos de España comenzó en Segunda División, en la que estuvo dos campañas antes de dar el salto a la élite del fútbol español. A pesar de que su estancia en la categoría de plata, el ex árbitro tiene una definición para la competición: "Es la categoría más bonita de arbitrar porque tienes mucha menos repercusión mediática... es como más anónimo el arbitraje y cuando tú pitas en segunda siempre pitas con la aspiración de llegar a primera", explica.
En lo que se refiere al ambiente, Alfonso Pérez Burrul prefiere arbitrar en estadios con más público. Señalar que cuanta más gente haya, más ambiente, más ruido, es mucho mejor para el árbitro, ya que le motiva más. Mientras tanto, a los campos con menos afluencia de público les falta algo de chispa. Durante sus años en Segunda División, había estadios grandes, como el caso de El Sadar, el campo de Osasuna, pero también los había más pequeños. Sin embargo, el colegiado cántabro señala que en la actualidad los estadios de Segunda División están casi todos llenos.
Haciendo una comparación entre su época con la actual, reconoce la mejora en la preparación de los árbitros, pero también señala un cambio inducido por la tecnología: "Probablemente, el árbitro de ahora, tal como lo veo yo, está mucho mejor preparado a nivel técnico, a nivel físico, pero también creo que hay mucha de mucha más Yo le llamo tecnocracia aplicada al arbitraje. Hay mucho más reglamento en la mano y menos reglamento en el prado".
Para Alfonso Pérez Burrull, la Segunda División es la competición más atractiva que hay, dada de su igualdad durante las 42 jornadas: "Es más atractiva, una competición que tiene tantos equipos, en tan pocos puntos durante toda la liga es lo más atractivo que puede haber para el espectador, para las aficiones, para vender el fútbol y para todo", reconoce. Por último, señala que uno de los mayores alicientes de la categoría es la incertidumbre y la posibilidad de que cualquier escuadra pueda conseguir un resultado mayor del fijado a principio de temporada.
Una línea divisoria entre el cielo y el infierno.
La temporada 2024/25 de la Segunda División ha recogido un dato histórico. De los 22 clubes que conforman la categoría, tan solo hay cuatro que no saben lo que es estar en Primera División al menos una campaña. Este hecho también habla muy bien del crecimiento deportivo, económico y social que sigue experimentando la categoría de plata.
El 1 de julio siempre es el comienzo de una nueva temporada. Para esa fecha, todos los clubes saben quiénes van a ser sus rivales durante los próximos 12 meses. Tres equipos bajan de Primera División con el objetivo de regresar a la élite lo antes posible. Cuatro ciudades ascienden desde la Primera Federación para mantenerse y consolidarse en el fútbol profesional. Y, luego, están todos esos clubes que continúan peleando por sus sueños o que se quedaron a las puertas de subir.
Durante las últimas temporadas, se ha visto cómo a los equipos recién descendidos de Primera División les ha costado adaptarse a la nueva categoría, dada la exigencia e igualdad que hay. Dada la equidad de la división, ver a 13 aspirantes al ascenso se ha convertido en una costumbre. La parte negativa es que son demasiados equipos para tan solo tres plazas de ascenso, lo que acaba convirtiendo a la competición como un viaje de 42 jornadas. Además, siempre hay un equipo que no está en las quinielas por subir y se acaba apuntando a la fiesta, como el CD Mirandés y la SD Huesca en el presente curso. ¡Como si fuesen pocos!
Hay entidades, como el Real Zaragoza, que siempre están en las quinielas por subir, porque así se lo exige la historia. Pero, la realidad es que no tardan muchas jornadas en confirmar que no están preparados para pelear por el premio más bonito de la categoría. Y, en el otro lado de la clasificación, se encuentran aquellos clubes que saben que van a sufrir por mantener su plaza en el fútbol profesional, pero a la vez, sueñan con hacer disfrutar a sus aficionados en la zona más noble de la tabla.
Por ello, LaLiga Hypermotion se ha convertido en una línea divisoria entre el cielo y el infierno. Como si de dos puertas se tratase. Una entrada al cielo, en la que todos quieren entrar, y una salida al infierno de la que nadie quiere acudir. Al final de cada temporada, y de forma inevitable, tres clubes solo consiguen el ascenso y cuatro acaban perdiendo la categoría. Pero, lo más bonito del camino es que hasta la última jornada decir quién va a subir y bajar al 100 % se ha convertido en un pronóstico y no en una realidad.




